El capital natural en el tercer sector

El capital natural en el tercer sector

De qué manera gestionan el capital natural los representantes del tercer sector y qué trabajos están desarrollando para impulsar la sensibilidad social y empresarial sobre la necesidad de participar activamente en la conservación del entorno fueron los temas en los que pusieron el foco los expertos de la sesión que conformaron el plantel de la sesión «El capital natural en el tercer sector». Moderados por Luis Jiménez Herrero, presidente de la Asociación para la Sostenibilidad y el Progreso de las Sociedades (ASYPS), los ponentes fueron Amanda del Río, directora de Proyectos de Fundación Global Nature, Ignacio Torres, subdirector de la Fundación Biodiversidad, Eva Hernández, responsable de Aguas Continentales del departamento de Conservación de WWF España y Raúl Tapia, director de Fundación Tormes.

 

Luis Jiménez Herrero, presidente de la Asociación para la Sostenibilidad y el Progreso de las Sociedades (ASYPS), fue el moderador de la sesión del Natural Capital Summit enfocada a «El capital natural en el tercer sector», cuyos ponentes fueron Amanda del Río, directora de Proyectos de Fundación Global Nature, Ignacio Torres, subdirector de la Fundación Biodiversidad, Eva Hernández, responsable de Aguas Continentales del departamento de Conservación de WWF España y Raúl Tapia, director de Fundación Tormes.Amanda del Río abrió la sesión explicando que su entidad trabaja con el sector empresarial desde su creación, al que no solo aportan acompañamiento a la hora de definir estrategias o proyectos centrados en la conservación, sino también formación, gestión del voluntariado y actúan de espacio para el intercambio de información.

A partir de 2010, comenzaron a desarrollar trabajos combinando biodiversidad y empresa coincidiendo con el lanzamiento de la campaña Business and Biodiversity de la Comisión Europea. En palabras de Del Río, la filosofía de Fundación Global Nature consiste en «apoyar, asistir y acompañar en la gestión de la biodiversidad y de los servicios ecosistémicos». Con esta visión, han realizado proyectos con organizaciones como Calidad Pascual, cuya iniciativa ha consistido en el suministro sostenible de productos lácteos y el reconocimiento de la importancia de la biodiversidad para el sector. Además, también han colaborado con Nestlé en el desarrollo de directrices para un abastecimiento sostenible en la producción de tomates y uno de sus estandartes es el proyecto LIFE-Humedales de la Mancha. Este  tiene como principal objetivo la recuperación de praderas de Limonietalia, designadas como hábitat prioritario según la Directiva Europea Hábitat y, además, recuperar otras formaciones halófilas singulares presentes en 27 humedales temporales del LIC «La Mancha Húmeda» y la recuperación del hábitat de especies incluidas en la Directiva Aves.

Amanda del Río también aludió a la asociación que mantienen con Gas Natural Fenosa y al proyecto pionero que llevan a cabo con agricultores desde 2009 para apoyar la producción y comercialización de legumbres en el marco de la Red Natura 2000 y con certificación ecológica.

Amanda del Río, directora de Proyectos de Fundación Global Nature, explicó que la asociación que mantiene su entidad con Gas Natural Fenosa consiste en un programa dirigido a fomentar la conservación de la biodiversidad y la sensibilización entre sus empleados sobre la necesidad de contribuir a su cuidado.En cuanto a la asociación con la eléctrica, el programa implantado está dirigido a fomentar la conservación de la biodiversidad y la sensibilización entre sus empleados sobre la necesidad de contribuir a su cuidado. En dos años, han participado unos 400 trabajadores que han visitado 15 emplazamientos distintos, contó la directora de Proyectos de Fundación Global Nature.

Ignacio Torres, subdirector de la Fundación Biodiversidad, puso en contexto la misión de su entidad, que sirve de conexión entre las políticas de la Administración pública y la sociedad y en la que trabajan por la conservación y uso sostenible de la biodiversidad a través de cinco líneas. Estas son: «biodiversidad terrestre, biodiversidad marina y litoral, cambio climático y calidad ambiental, economía y empleo verde y relaciones internacionales», enumeró.

Las funciones que engloban el sector de la economía y el empleo verde lo hacen bien apoyando a los emprendedores directamente o bien a empresas en la mejora de sus procesos y procedimientos ambientales. Asimismo, gestionan también el fondo europeo de pesca, con un marcado carácter de conservación del capital natural y de la biodiversidad. Y destinan una parte importante de los fondos al tercer sector, siempre apostando por la protección de la biodiversidad.

Mediante la convocatoria general de ayudas que gestionan desde la entidad que dirige Sonia Castañeda, reciben apoyo más de 700 entidades. Además, las distintas iniciativas que cuentan con su respaldo implica trabajar «con más de 200 especies, con al menos 30 exclusivas del medio marino y 21 de agua dulce o salobre», avanzó Torres. Asimismo, aclaró que desde la Fundación Biodiversidad «se financian unos 300 proyectos de media al año y un 75 % de las iniciativas aprobadas en las convocatorias de ayudas son ejecutadas por ONG, asociaciones y fundaciones».

De la mano del tercer sector, el organismo dependiente del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente está presente en proyectos emblemáticos y de gran envergadura como los LIFE+ Indemares, en el que participan Cemma, Secac, Alnitak, Oceana, WWF y SEO/BirdLife); LIFE Urogallo y Activa Red Natura 2000.

Otros frentes en los que la Fundación Biodiversidad también está muy involucrada son los programas de voluntariado y custodia del territorio, en los que conjuntamente se ha logrado movilizar a «22 500 voluntarios en unas 250 jornadas anuales, con la colaboración de 40 entidades de custodia». Entre ellos, Ignacio Torres mencionó el organizado este 2016 junto a Decathlon, consistente en unas jornadas de voluntariado ambiental con 100 actuaciones simultáneas en toda España y más de 5000 voluntarios.

Ignacio Torres, subdirector de la Fundación Biodiversidad, aclaró que desde la Fundación Biodiversidad «se financian unos 300 proyectos de media al año y un 75 % de las iniciativas aprobadas en las convocatorias de ayudas son ejecutadas por ONG, asociaciones y fundaciones».Por otra parte, el impulso de la creación de empleo y empresas verdes aprovechando las oportunidades que brinda el capital natural, a través de la formación y el asesoramiento a trabajadores y el apoyo directo a las empresas, es otra de las líneas de actuación más potentes de la fundación. Según Torres, en las cinco ediciones transcurridas del programa Empleaverde se han contabilizado «123 proyectos ejecutados por entidades del tercer sector, con una inversión de 20,3 millones de euros y del orden de 60 000 personas formadas».

La Iniciativa Española Empresa y Biodiversidad (IEEB) es otro eje esencial empleado por la Fundación Biodiversidad para servir de catapulta de la integración del capital natural en la política y gestión empresarial. Esta iniciativa «pone en valor la contribución de las grandes empresas a la conservación del patrimonio natural» y facilita la canalización de «financiación privada para proyectos dirigidos a conservar la biodiversidad», matizó el subdirector de la FB.

Eva Hernández, responsable de Aguas Continentales del departamento de Conservación de WWF España, recordó que, «aunque el capital natural sea una herramienta clave, falta en sus cuentas el valor intrínseco de la vida, imposible de cuantificar en términos monetarios». Asimismo, insistió en que necesitamos un cambio radical porque hemos sobrepasado ya nueve límites planetarios, «posiblemente de manera irreversible», advirtió la experta de la ONG española.

Según subrayó Hernández, desde el planteamiento de la iniciativa One Planet Living, proyecto desarrollado conjuntamente entre WWF y Bioregional, que busca establecer comunidades integradas por unas 5000 personas, que incluirán escuelas, fábricas, redes de transporte y centros de salud y recreación tomando como indicadores las huellas de carbono y ecológicas en sus desarrollo. Para ello, se basan en el marco de los principios de la sostenibilidad (cero residuos, transporte sostenible, eficiencia energética en la construcción, energías renovables…).

«Se intenta trasladar la necesidad de preservar el capital natural, de producir mejor, de consumir con consciencia, de redirigir los flujos financieros, y de procurar la equidad en el reparto de los recursos naturales», detalló Hernández.

WWF trabaja manejando una especie de puzle de acciones en materia de capital natural. Por un lado, genera conocimiento y, además, se encuentra detrás de iniciativas como el Natural Capital Project, impulsada en colaboración con The Nature Conservancy y las universidades estadounidenses de Minnesota y Stanford, y son miembros de la Natural Capital Coalition, impulsora del Protocolo del Capital Natural.

Eva Hernández, responsable de Aguas Continentales del departamento de Conservación de WWF España, insistió en que necesitamos un cambio radical porque hemos sobrepasado ya nueve límites planetarios, «posiblemente de manera irreversible».A esto hay que añadir que WWF es la responsable de uno de los informes científicos de referencia mundial sobre la salud del planeta y el impacto que la actividad humana tiene en él. elabora el informe Planeta Vivo y que su labor creando conciencia para el cambio de políticas y tejiendo alianzas con empresas (Canon, Ikea, Toyota, H&M…) a escala nacional e internacional es muy notable.

El último representante del tercer sector en compartir las acciones que se están llevando a cabo desde su organización fue Raúl Tapia, director de Fundación Tormes, a través de la que colaboran con empresas mediante equipos multidisciplinares que desarrollan y ejecutan los Planes de Gestión de la Biodiversidad.

A este respecto, compartió el ejemplo de colaboración ONG-empresa en el que la fundación ha desarrollado un Plan de Gestión de la Biodiversidad en el sector de los áridos con la participación de Hanson, Italcementi, las universidades de Salamanca y de Alcalá y Sibelco. Este ha consistido en la recuperación de diversas graveras y canteras distribuidas por toda la geografía española.

¿Qué debe tener un Plan de Gestión de la Biodiversidad? Según explicó el director de la Fundación Tormes, debe incluir, entre otros, una descripción y análisis del entorno que incluya unidades del paisaje (hábitats y vegetación), hidrogeología y suelo, conectividad con espacios protegidos y especies con estatus de conservación especial; la identificación y valoración de los hábitats de la cantera (georeferenciación y delimitación de las unidades del paisaje y hábitats, hábitats de interés comunitario, inventario y análisis de las poblaciones de flora y fauna presentes); y potencialidades de la vocación ecológica de la explotación y un plan de acciones (sobre la flora y la vegetación, la fauna, el suelo y el paisaje).

En una primera fase, se realiza un diagnóstico del estado actual de la biodiversidad de las explotaciones y, en una segunda etapa, se propicia la recuperación de aquellas comunidades y unidades paisajísticas que más se adecúen a las fases de sucesión de cada ecosistema.

Tal y como detalló Tapia, se gestiona la biodiversidad con el avance de la explotación, «potenciando la conectividad entre el interior y el exterior de la propiedad y analizando las prestaciones de los servicios ecosistémicos con vocación ecológica, buscando siempre un ecosistema funcional».

El último representante del tercer sector en compartir las acciones que se están llevando a cabo desde su organización fue Raúl Tapia, director de Fundación Tormes, a través de la que colaboran con empresas mediante equipos multidisciplinares que desarrollan y ejecutan los Planes de Gestión de la Biodiversidad. De este modo, «consiguen una mejora del capital invertido mejorando los planes de restauración y estableciendo protocolos de seguimiento a cinco y 10 años con jerarquización de acciones. Se gestionan espacios donde los índices de biodiversidad se incrementan de manera espectacular», prosiguió. Entre las distintas acciones realizadas, se cuentan graveras bajo freático, taludes artificiales o muralismo rural con funcionalidad orgánica… plantando para los que vengan detrás», subrayó Raúl Tapia.

Por su parte Luis Jiménez cerró la sesión pidiendo más conciencia ecológica desde las empresas y desde el tercer sector para frenar el empeoramiento de los indicadores biológicos.

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